14 de mayo de 2006

ESAS NUEVAS RARAS FORMAS DE CONQUISTA MASCULINA

Las primeras citas tienen ese no se qué, que hace que tratemos de sacar lo mejor de nosotros mismos y usar esas cartas que creemos que son 100% efectivas para impresionar al otro. Es así que surge esta recopilación de tácticas aparentemente “infalibles” de automarketing masculino para que una mujer muera ante un hombre y piense que es el Dios del amor.

EL VIAJE. Un alto ejecutivo, que pasó las cuatro décadas hace rato, decidió hacer un viaje al interior. En una de las visitas a la casa de su hermano, una vecina que compartía la reunión con ellos terminó sumándose a la travesía. El hombre en cuestión se encargó de sacar los pasajes, pero oh detalle, para ella pidió el asiento detrás del de él porque según dijo “habla mucho y no la aguanto en todo el camino”. ¿Qué pasó con ellos? Siguen como si nada, parece que su “técnica” de conquista funcionó a las mil maravillas.


EL SEMENTAL ¿SENTIMENTAL?. Este joven tiene una táctica un tanto extraña para cazar a sus presas, que al principio parece efectiva, pero luego decanta. Su argumento era que ya había jodido lo suficiente y que estaba llegando al umbral de los 30, por eso quería una relación formal para establecerse. La propuesta era tentadora, el chico vivía solo, un trabajo estable, el físico acompañaba, pero resulta que todo era de la boca para afuera porque al final mostraba la hilacha. Te colgaba porque había salido hasta tarde con los amigotes, te llamaba a cualquier hora para salir, se tiroteaba a tus amigas al mismo tiempo que a vos, entrabas al msn y se apodaba “El semental” y entre sus fotos encontrabas a chicas en paños menores bajo el título de “Podría ser tu novia, o peor, tu hermana”. Y para rematar, te lo cruzás en un lugar, vas a tomar algo con él y una de tus amigas a la que también se chamuyaba, y les dice: “Tuve una historia con la madrina de mi hermana, ella es una veterana, y bueno, nos lo debíamos”. Sin comentarios…

EL BRINDIS. Otra táctica, que según el macho cambia de variante pero de base es lo mismo, es guardar en el baúl del auto alguna bebida alcohólica, ya sea vino, champagne o similares, junto a dos copitas. Si la cuestión prospera entonces el muchacho comprará unos rolitos por ahí, te llevará a “Villa Cariño” e intentará deslumbrarte con ese brindis a la luz de la luna. Teóricamente esta técnica, dicen ellos, es infalible, pero las chicas opinamos que es de cuarta.

HOY CORTÉ UNA FLOR… La clásica que es de décima, un cliché infaltable: el tipo que compra la rosa putrefacta al pibe de la calle y te la da haciéndose el Arnaldo André… Qué poca creatividad, y lo peor del caso es que se creen que nosotras morimos de amor.

LA SORPRESA. También están los que no se dan cuenta que romper con el factor sorpresa puede ser fulminante. Así tenemos a los que tienen algo para vos y te lo comunican tempranamente: “En el auto te está esperando un ramo de flores”; o llamás a tu chico y le preguntás “¿Dónde estás?” y te dice: “Acá en el shopping, te compré un regalo, un peluche con forma de vaca que le apretás la panza y dice mu, envuelto en papel de…”.

EL RESTAURANTE. Y qué mejor que un tipo que te diga “tengo un lugar para ir a comer…” y vos pensás que es genial un hombre que te sorprenda con la cena. Y remata “Ahí van mis viejos seguido”, y ya empezamos mal, muy mal. Pero bueno, vas… Y cuando llegás está un señor de unos 60 años sentado en una silla de paja con su guitarra criolla, payando sobre lo lindo que es tener tantos comensales en el lugar. Is too much.

EL PUTICLUB. Primera cita, 2 am deambulando por Recoleta buscando un bar donde haya una mesita donde tomar algo, y todo está a full. Pero queda un lugar! y la muchacha atina a decir "Me parece que es un bar de gatos". Pero entraron igual, se acomodaron en una mesa y el panorama fue chicas al estilo Alejandra Pradón devaluadas, con unos viejos gateros sentados en la barra en esa clásica pose de "Vengo a buscar una minina, pero que mi mujer no se entere". Y la chica ahí, en el medio de todos esos carcamanes, que la veían como carne fresca y pensaban "¿Cuánto cobrará esta pendeja?". Los wiskys salían como pan caliente, y ella en el medio de toda esa vorágine de venta corporal, pensando "¿Por qué este pibe me trajo acá?". Vaya uno a saber...

EL BESO. No puede faltar esta variante que seguramente todas hemos vivido, un cliché gastado, que pasa de generación en generación con alguna modificación, que lo ha usado tu abuelo, tu padre, tu primo, tu hermano, y por supuesto uno o varios pibes con los cuales has salido: “¿Me das un beso?”, o “Me muero por robarte un beso”, o “Hace tanta cantidad de tiempo que quiero darte un beso”, o “Te partiría los labios de un beso”, y miles de variantes más que conducen a lo mismo: la falta de creatividad a la hora del momento cúlmine de la salida.

Estas nuevas formas de conquista masculina definitivamente nos descolocan, porque las cosas parecen tan simples y ellos las hacen tan complicadas… nos meten a todas en la misma bolsa, como si fuésemos un tablero de control en el que apretás un botón y la reacción siempre será la misma. Pero no es así, ¿Será mucho pedir un poco de creatividad?.

2 comentarios:

JavierDM dijo...

Ojalá nunca me digan que me parezco a Arnaldo André, qué poco varonil !!! :P

Anónimo dijo...

Despues de haber leido todo lo escrito, me doi cuenta que la persona que critica, todo lo que hace el sexo masculino no propone solucion, claro que parece que a tal persona le a pasado todo lo malo o se a reubido con aquellos que no saben como tratar a una mujer, desde my punto de vista, pero aun asi seria aun mas instructivo este texto si propusiera una solucion no solo espresara las quejas ya que claro esta que cada uno puede tomarlo y amoldarlo como uno quiera pero aun asi, la pequeña solucion o una acotacion que llevara al hombre a buscar esa forma y no a experimentar creo yo que seria mejor que dejarlo al azar y ver que se le ocurre a El en la proxima cita.