27 de julio de 2007

DR. AMOR

Érase un día de pleno invierno, con temperatura cercana a los 0º. Una chica que araña los 30 años sintió un malestar en su garganta y concurrió a la guardia de la clínica más cercana, un lugar de renombre donde deberían encontrarse profesionales calificados.

Luego de registrarse, fue llamada por un médico que promediaría los 35 años, y a partir de ese momento comenzó a vivir una de las tantas situaciones que los hombres hacen padecer a las mujeres que rondan la tercera década:

La consulta comenzó normal, el médico preguntó cuál era el malestar y continuó con el interrogatorio de rutina: “Sos alérgica a algo, fumás, bebés en exceso, diabetes, operaciones, etc… y el disparador de la tragedia: “¿TOMÁS ALGÚN MEDICAMENTO?.”

Paciente: “Sí, tengo tal problema desde hace varios meses y estoy haciendo un tratamiento prolongado, tomo tal y cual remedio por día. El tema es que, por la medicación, estoy como inmune a los antibióticos, entonces hace unos meses tuve una faringitis y me tuvieron que dar una dosis más potente que la habitual. Ah, y también tomo anticonceptivos.”

El Dr. asiente y continúa con otras preguntas no relevantes, y luego procede a examinar a su paciente. Mientras está con el estetoscopio:

Dr. Amor: ¿Hace cuánto tomás anticonceptivos?
P: “1 año y medio”
Dr. A: “Ah, bastante” (QUÉ BASTANTE, PEDAZO DE ZOQUETE! HAY MUJERES QUE LOS TOMAN POR AÑOS Y AÑOS, EN TODO CASO ESO LO DETERMINARÁ EL GINECÓLOGO Y NO VOS)
P: “Es que tengo un pequeño pólipo en el endometrio, y los anticonceptivos me lo controlan para no operarlo, así que no puedo dejarlos” (Y ADEMÁS, CUIDARSE ES QUERERSE, DESPUÉS VIENEN CRÍOS AL MUNDO COMO MÁQUINA DE HACER CHORIZO. TODO A SU DEBIDO TIEMPO.)



Hasta ahí era un comentario aislado, pero ávido de expresar todos sus pensamientos, el Dr. Amor continuó:

Dr. A: “Estás segura que tenés `X` edad?”
P: (Ingenua e ilusionada) “Sí, parezco de menos, ¿no?”
Dr. A: “Porque para tener esta edad estás hecha bolsa” (LO WHAT??? QUIÉN PIDIÓ TU APRECIACIÓN, BASURA POCO ÉTICA, DEDICATE A DAR LA CURA, NO A ENFERMAR MÁS AL PACIENTE)
P:

Luego de la examinación, el Dr. le receta los medicamentos correspondientes aclarándole que el novio estaría muy feliz de que ella finalmente se quedara disfónica por unos días; y sediento de continuar con su tortura verbal, antes de despacharla, agrega:

Dr. A: “Cuidá a tu muñeco, porque así como estás, este es tu último tren” (LO WHAT X 2????? ¿QUIÉN TE CREEÉS QUE SOS, EL DR. AMOR?, ¿QUIÉN NECESITA TU PRECARIO CONSEJO?¿QUÉ TE IMPORTA SI SE LE VA EL TREN O NO?, A VOS SE TE FUE EL TREN DE LA CORDURA Y PARECE QUE NADIE TE LO COMUNICÓ)
P: (Estupefacta) “Estas pestes me las agarré desde que estoy con este muñeco, así que, en todo caso, sería hora de cambiar al muñeco…” (OBVIAMENTE NO POR VOS, QUE TENÉS COMO 40 AÑOS Y PENSÁS COMO UN ORANGUTÁN)
Dr. A: “Chau, que te mejores”
P: (Piensa: “Se Se Se… Que te garúe finito”)

A todo esto, ¿Dónde quedó la ética profesional? ¿Por qué una mujer tiene que aguantar estas cosas de un médico y de la sociedad en general? ¿Acaso a los 30 la mujer pasa a estar caduca? Nos llaman el sexo débil, y en realidad no saben la fortaleza interior que hay que tener para soportar estos y otros tantos desplantes que recibimos día a día. No se dan una idea.